A una semana de su liberación del Ecoparque porteño, la elefanta Mara está comenzando a construir su nueva vida en el Santuario de elefantes de Brasil. Ni bien llegó, salió por su propia cuenta de la caja transportadora y caminó hacia su recinto, un predio mediano en el que no estuvo en contacto con las otras dos elefantas asiáticas del lugar. Con el paso de los días, Mara conoció nuevos alimentos y, entre otras cosas, se tiró en la tierra roja y se rascó en los árboles. De a poco, va recuperando sus comportamientos naturales, despertando su cuerpo dormido, propio de los animales en cautiverio.



